Respecto
al ambiente térmico y aireación
Debería de existir una temperatura constante, a ser
posible entre 20 y 22 grados. Debe tratarse de aulas ventiladas, donde se
produzcan corrientes de aire. El lugar donde se realice el deporte debe estar
especialmente aireado y no expuesto a temperaturas altas o muy frías.
Mobiliario
Las mesas y las sillas deben de ser adecuadas al
tamaño de los niños para que puedan mantener una postura correcta. La espalda
se apoyará en el respaldo de la silla, los pies reposarán totalmente en el
suelo, la mesa será apropiada al tamaño de la silla de forma que el niño pueda
apoyar cómodamente los antebrazos sobre la mesa. La pizarra debe de colocarse
de forma que todos los niños puedan verla desde sus asientos, evitando el
reflejo de la luz. Deben de haber papeleras en las aulas, en los pasillos y en
el patio.
Sanitarios
Tienen que estar adaptados al tamaño de los niños para
que puedan usarlos correctamente. Esto significa tirar de la cisterna cada vez
que se use, utilizar sólo la cantidad necesaria de papel higiénico y tirarlo a
la papelera para evitar que se atasque. Como son usados por todos los niños de
la escuela, tendrían que ser extremados con la higiene de las manos. Habrá
papel, jabón y toallas a disposición de cualquier alumno.
Muy importante es que los niños sientan que ellos
puedan contribuir al mantenimiento de la limpieza del colegio (tirando los
desperdicios a las papeleras, ordenando los objetos después de usados).
Cuando se bebe agua, se debe de evitar el contacto
directo con la boca del grifo o fuente para prevenir infecciones.
¿Es verdad que es más fácil enseñar a las niñas que a
los varones a ir al baño solitos?
Sí, es cierto, aunque no se sabe exactamente por qué.
Alison Mack, quien escribió el libro Toilet Learning (Cómo enseñar a los niños a usar el inodoro), dice que la diferencia se debe en parte a que las
mamás suelen ser las encargadas de enseñar a sus hijos a ir al baño. Como los
niños aprenden a través del ejemplo, las niñas tienen la ventaja de poder
observar a alguien como ellas y tal vez por este motivo aprendan más rápido que
los varones.
El único consejo especial para las niñas es el mismo que has estado practicando desde que empezaste a cambiarle los pañales: límpiala siempre de adelante hacia atrás. A medida que le vas enseñando a tu hija cada uno de los pasos para la retirada del pañal, asegúrate de que aprenda a limpiarse siempre de adelante hacia atrás. Esto ayudará a prevenir que las bacterias presentes en el recto entren en contacto con la piel sensible de la vulva y la vagina, evitando que contraiga una infección.
Observación: En las niñas, las infecciones
urinarias, aunque no son muy comunes,
parecen ocurrir con mayor frecuencia durante el período de entrenamiento para
ir al baño. Si notas que tu hija necesita orinar frecuentemente, tiene dolor al
orinar, se empieza a hacer pipí encima después de haber aprendido a usar el
orinal, tiene dolor abdominal, o tiene ganas repentinas y urgentes de orinar,
llama al doctor, ya que estos podrían ser los síntomas de una infección.
Espera a que llegue el momento oportuno
La clave del éxito para la retirada del pañal está en
esperar hasta que tu hijita esté verdaderamente preparada para aprender.
Mientras que algunas niñas pueden hacerlo a partir de los 18 meses, otras no
están listas hasta que tienen tres, o incluso casi cuatro años de edad. De nada
te servirá tratar de adelantarte: los estudios demuestran que cuando los padres
empiezan a entrenar a sus hijos antes de que estén listos emocional y
físicamente, terminan alargando el proceso. O sea, llegarás a la meta final
alrededor de la misma fecha, tanto si has empezado más tarde como más temprano.
Lo mejor que puedes hacer es usar primero nuestra lista de
verificación para determinar si
tu hija está realmente lista para dejar de usar pañales.
Una vez que hayas establecido que tu niña está preparada para empezar, piensa también si éste es un buen momento para ti y para ella. Es bueno, en primer lugar, que tu hija tenga una rutina a la cual esté bien acostumbrada. Si acaba de empezar a ir a una guardería nueva, acaba de nacer un hermanito o te están visitando familiares, podría mostrarse menos receptiva a los cambios, o sentirse demasiado abrumada para vencer este nuevo reto. Evita también los períodos en que los niños se muestran naturalmente resistentes a los cambios (a todo dicen "no" y llevan siempre la contraria) y espera a que haya superado esa fase y esté más dispuesta a probar algo nuevo. Asimismo, si tú estás pasando por un período difícil en la casa o en el trabajo, seguramente no tendrás la dedicación ni paciencia necesarias para lograr entrenarla con éxito.
Permítele
que observe y aprenda
No te dé vergüenza que tu hija te vea ir al baño. Los
niños pequeños aprenden imitando a los adultos, y observar cómo lo haces tú es
un paso importante y natural. No se trata de insistir en que vaya contigo al
baño, pero si tu hija demuestra curiosidad, permítele que vea cómo lo haces.
Puede que se dé cuenta que papá lo hace de pie y quiera hacer lo mismo. Déjala
probar. Es cierto que tendrás que limpiar el piso un par de veces, pero muy
pronto tu niña comprenderá que no posee el "equipo" necesario para ir
al baño de esta manera y no tendrás que batallar para tratar de convencerla. Si
tu niña sigue persistiendo, haz que te vea usar el inodoro y explícale que las
mamás y sus hijas están más cómodas si se sientan para hacer pipí.
Compra el equipo apropiado
La mayoría de los expertos recomiendan que le compres
a tu hija un orinal infantil, no sólo porque lo considerará suyo, sino porque
también se sentirá más segura que en el inodoro grande (muchos niños temen
caerse en el inodoro, y esta ansiedad puede interferir con el entrenamiento).
Si prefieres comprar un asiento para niños que se adapte sobre el inodoro
grande, asegúrate de que sea cómodo y se acople firmemente. Si eliges esta
opción, también necesitarás un banquito o escalera firme para tu niña, ya que
es importante que pueda subirse y bajarse solita siempre que necesite ir al
baño, y que tenga donde apoyar los pies para mantenerse estable mientras esté
sentada.
También podrías comprar o pedir prestado en la biblioteca local un libro o video para niños acerca de cómo ir al baño solitos, para ayudarle a comprender mejor este nuevo proceso.
Ayúdala a familiarizarse
En esta fase inicial del aprendizaje es importante que tu hija se vaya acostumbrando a la idea de usar el orinal. Empieza por decirle que el orinal es suyo. Puedes personalizarlo escribiendo su nombre o permitiendo que tu hija lo decore con pegatinas. Luego prueba a hacer que se siente en su orinal completamente vestida. Una vez que lo haya estado haciendo por más o menos una semana, puedes sugerirle que se siente sin ropa ni pañal. Si notas que se resiste, no caigas en la tentación de presionarla, ya que si lo haces, entablarás con tu pequeña una "batalla para ver quién puede más" que las alejará a las dos del camino del aprendizaje.
Si tu niña tiene una muñeca o animalito de peluche favorito, puedes usarlo para hacer demostraciones. La mayoría de los niños gozan viendo a sus "amiguitos" ir al baño, y puede que aprendan más así que escuchando tus instrucciones de cómo deben hacerlo. Algunos padres hasta fabrican un inodoro de juguete (una cajita, un potito vacío de yogur) para la muñeca o animalito favorito de la niña, para que así los dos puedan sentarse lado a lado mientras aprenden.
Motívala
comprándole ropa interior especial
Concentra la atención de tu hija en las ventajas de aprender a ir al baño llevándola a un mandado muy especial: comprar ropa interior de niña grande. Dile que podrá elegir sus pantaletas favoritas (siempre les hace mucha ilusión la ropa interior adornada con sus personajes favoritos). Crea en ella la expectativa de la llegada de ese gran día, así se emocionará con la idea de que ya es lo suficientemente grande para ir al baño solita y usar ropa interior "de verdad", como su mamá o hermanita.
Elabora tu plan de acción
El tiempo que tardes y la manera en que decidas
enseñarle a ir al baño a tu hija dependerá de tu rutina diaria y de quién la
cuida (tú, una abuela o niñera, la maestra de la guardería), ya que si otras
personas están encargadas de su cuidado, tendrás que coordinar tu estrategia
con ellos.
Tendrás que decidir qué método prefieres usar: si vas
a alternar entre períodos con y sin pañales, o quitarle de una sola vez los
pañales pasando directamente a la ropa interior. Aunque los pañales de
entrenamiento pueden ser prácticos, muchos padres y especialistas en el asunto
consideran que es mejor pasar directamente a la ropa interior o a las pantaletas
de entrenamiento de tela (son como ropa interior más gruesa), ya que ambos
permiten que tu hija se dé cuenta inmediatamente si se hace pipí. Claro que
esto también significa que tú tendrás que limpiar más "accidentes".
Si no estás segura cuál es la mejor opción, ¿por qué no hablar con el pediatra?
Recuerda también que, al menos de momento, te será más práctico seguir usando
los pañales desechables durante la noche, así como en los viajes y paseos
prolongados.
Enséñale a sentarse y a limpiarse
Una de las cosas más importantes que tendrás que
enseñarle a tu hija es cómo limpiarse correctamente. Explícale que es muy
importante limpiarse de adelante hacia atrás, sobre todo cuando haga caquita,
para evitar transportar las bacterias que están en sus deposiciones hacia la
uretra y la vagina. Si crees que estas instrucciones son demasiado complicadas
para tu hija, enséñale a secarse dándose palmaditas suaves con el papel
higiénico cuando
Permítele
que ande desnudita
Si permites que tu niña ande sin pañales, le será mucho más fácil darse cuenta de cuándo tiene que ir al baño. Deja su orinal a la vista y en un lugar accesible mientras juega, y motívala a que se siente ahí de vez en cuando. Mantente atenta a las señales de que necesita ir al baño (salta de un pie al otro, coloca la mano entre las piernas, etc.) y sugiérele que es hora de sentarse en el orinal. Puedes permitirle que ande desnudita durante varios días consecutivos; o nada más por las tardes y al anochecer, cuando la familia esté reunida; o sólo durante los fines de semana: tú decides. Cuanto más tiempo le permitas estar sin pañales, más rápido aprenderá.
Celebra sus logros
Tu hija sin duda tendrá varios "accidentes"
mientras aprende a ir al baño solita, pero con el tiempo se sentirá orgullosa
de hacer sus necesidades en el inodoro, y ésta es una gran hazaña que deberás
celebrar. Tu niña ha superado una gran etapa de su crecimiento, y debes
transmitirle la importancia del momento premiándola con un regalo especial para
"niñas grandes", como ver juntas un video nuevo o leerle un cuento
más al acostarla. Pero evita transformar cada ida al baño en un gran
acontecimiento, de lo contrario tu hijita empezará a ponerse nerviosa o se
intimidará ante el exceso de atención.
Si al principio no le sale bien, vuelve a probarlo
Al igual que con cualquier otro aprendizaje, cuantas más veces tu hija lo intente, mejor le saldrá. Pero hay varias cosas que tú puedes hacer para facilitarle que aprenda a ir al baño. Para empezar, vístele con ropa que ella pueda quitarse y ponerse con facilidad, o cómprale pantaletas de una talla un poco más grande. Si le sigue costando entender el concepto de usar el bañito, no te enojes ni la reprimas. La manera más rápida de interferir con el entrenamiento es haciendo que tu hijita se sienta mal o culpable de haber tenido un accidente. Recuerda que hasta los niños que ya han estado usando el inodoro con éxito por varios meses se equivocan de vez en cuando, sobre todo si están entretenidos con alguna actividad. Si te sientes frustrada, antes de manifestar tu enfado, piensa que si la castigas o regañas por hacerse pipí encima sólo lograrás retrasar el aprendizaje.
Motívala
con recompensas
Si ves que tu niña empieza a perder el interés aunque ya esté bien adelantada en el proceso de entrenamiento, puedes ofrecerle premios o recompensas. Un método muy popular es ir colocando pegatinas en un calendario para anotar sus logros. Cada vez que tu hija use el inodoro o el orinal, dile que coloque una pegatina en el calendario. Seguramente le hará ilusión ver cómo se van llenando las páginas. Si las pegatinas no le motivan lo suficiente, puedes prometerle una recompensa adicional, como una golosina que le guste o un juguete que ha estado deseando, para cuando tenga una cierta cantidad de pegatinas en el calendario o no haya tenido accidentes por varios días seguidos.
Toda la noche sin pañales
Una vez que tu hija logre mantenerse sequita durante
todo el día, estará lista para la etapa siguiente: el entrenamiento nocturno.
Espera a que pueda ir al baño solita sin problemas durante el día, y luego
empieza a verificar si sus pañales están secos cuando se despierta por las
mañanas y después de las siestas. Muchos niños empiezan a despertarse con el
pañal seco después de la siesta a los seis meses de haber aprendido a usar el
baño, pero el entrenamiento nocturno es más difícil porque depende de la capacidad
que tenga tu hija de almacenar orina por más tiempo y de si duerme o no
profundamente. Si ella quiere dormir sin pañales, compra antes un forro
impermeable para el colchón que se pueda limpiar con un paño húmedo, colócalo
bajo la sábana y listos. Si al cabo de algunas noches de prueba ves que tu
hijita en realidad no estaba lista para dormir sin pañales, vuélveselos a
poner, pero sin criticarla. Dile simplemente que su cuerpo aún no está del todo
preparado para dar este paso y asegúrale que pronto estará lo suficientemente
grande como para volverlo a intentar. Si en cambio tu hija despierta
completamente seca tres de las últimas cinco noches, ¡ya está lista! Ayúdale a
tener éxito limitando la cantidad de líquidos que tome a partir de las 5 de la
tarde, y despertándola y sentándola en su bañito o en el inodoro para que haga
pipí por última vez antes de acostarte.
Di
adiós para siempre a los pañales
Ha llegado el momento de decirle adiós para siempre a los pañales, y de reconocer que tu hijita ha realizado una gran tarea. Demuéstrale que te alegras mucho por ella, y refuerza su sentimiento de amor propio y dignidad permitiendo que ella misma regale los pañales que le hayan sobrado a algún familiar o amigo que tenga niños pequeños. O, si usas pañales de tela, deja que ella misma prepare el último paquete para que lo recoja el servicio de limpieza.
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